Se supone que estoy estudiando pero el cielo lo tengo encima y el infierno se abre a mis pies y hay tanto espacio entre medio que no importa que lo llene de libros, este sigue burlándose de mis intentos infructuosos de no distraerme. Se supone que estoy estudiando huesos, músculos y tendones pero éstos se me mezclan con melodías, café y luces de una ciudad cualquiera, desconocida, que pasea desnuda entre mis párpados seduciéndome con un viaje. Bebo té, intento recomenzar y de la nada aparezco dormida usando de almohada las páginas del manual, hablo dormida sobre hadas asesinas y brujas y no entiendo por que la raíz de 8 me debería un soneto y un terceto, lo que me recuerda que me volví a distraer.
Tengo pensamientos recurrentes de no saber donde estoy, mi mente viaja a muchos países y ficciones pero no es capaz de meterse en el alma de la responsabilidad, porque claro, no es su campo el ser perseverante y disciplinada.
Vivo en un cuarto piso, no fumo, no bebo, no miro al cielo, no hay estrellas. Solo músculos, tendones y huesos abandonados en un montón de hojas blancas que intento hilar por mis intentos infructuosos de insistir y no tener presupuestado el que "tocando fondo" de Arjona sonara en mi popurrí de Rammstein.