jueves, 21 de septiembre de 2023

Diario de Andrea.

Querido Diario: 

Necesito desahogarme. No sé como hacerlo. Soy un jodido desastre y la desgana me está jodiendo la cabeza. Estoy cuestionando mi existencia como necesaria 

He estado todo el día con recuerdos bailando en mis pensamientos cual danza árabe, secreta, que solo mi lado más cruel puede interpretar de forma tan magnífica. Me miré al espejo en la mañana y la falta de sueño dejó una marca purpúrea característica que no había visto desde hace seis años. La mueca escondida de dolor en la mandíbula me susurra palabras que he masticado toda la noche, siendo Insuficiente y sus derivados en todos los idiomas que conozco. 

He caminado en una bruma esta mañana , tratando de hacer mi diario vivir mientras la desgana se aloja en mis hombros, se bebe mi café y me incita a simplemente tirarme al piso y permanecer allí envuelta y protegida en sus brazos. He peleado de forma desesperada, e hablado, he reído, me he preocupado y me he dedicado a cada detalle del día con absoluto detalle. He cometido errores a propósito para continuar una conversación aunque la mitad de mis neuronas me gritan duerme y la otra mitad me ignoran. He forzado todo mi cuerpo mientras mi alma es atacada una y otra vez con recuerdos cual si fueran lobos salvajes hambrientos. 

He bailado con la muerte al menos 3 veces hoy. Me ha coqueteado desde la esquina de una calle, fumando los cigarros que decidí hace años que no eran necesarios. Me sonrió entre los dientes de un sujeto que solo esperaba una palabra para entrar en violencia en el gym y me abraza ahora, tratado de que deje de escribir y me ponga a pensar un poco más. Me he aburrido de leer. Mi estomago es un nudo ciego desde la mañana. He vivido a base de café cuando dije que lo iba a disminuir, pero creo que es lo único que me ha mantenido en movimiento incluso cuando este fuera frenético y necesitara de cada onza de atención para no tropezar con mis propios pies o chocar con las paredes demasiado fuerte, incluso con una nada consumiendo mi alma. Porque no importa en que recuerdo salvaje este, no importa que mi corazón esté llorando cual muro de hielo en pleno verano, nunca, jamás me voy a permitir fallar en el trabajo. 

(El único detalle aquí es que mi turno ya se acabó. Y que el café solo provoca que piense más) . 

domingo, 16 de julio de 2023

Melancolico

A veces, Andrea se siente sola. A veces esta harta de su diario vivir. Cuando ambas cosas suceden y se mezcla ademas la imposibilidad técnica de estar sola para masturbarse y generar alguna liberación física, los demonios de otras personas con las que negoció en su vida aparecen en forma de relatos de muchos años atrás.

Su cerebro (y las costuras de su corazon) genera los susurros de motes cariñosos provocado por los demonios que fue capaz de calmar en su momento. “Mi Muñeca”, “Mi tesoro”, “Mi motor” “Mi marca personal de heroina”y muchos “Mi..” sumados a algunas ganas irresistibles de recordar que alguna vez fue musa de inspiracion de algo o alguien, la hacen recordar textos sobre un striptease, la hacen recordar historias levemente obsesivas y otras francamente sicopaticas de las que ella fue parte. Y, aunque no lo admite a nadie, volver a leer algunos tumultuosos versos le hacen recordar con una dolorosa sonrisa de realizacion, que ese tiempo ya pasó y que esos demonios decidieron quedarse con sus dueños. Que ellos fueron felices de ser escuchados y, a veces, sanado, pero decidieron seguir. caminos separados. Y que su propio demonio es la soledad.  

De todas formas. Su propio demonio nunca se fué. 

viernes, 31 de marzo de 2023

Andrea



A veces, solo a veces (o talvez, casi siempre) Andrea siente un aceleramiento al corazon y una sensacion de inevitabilidad propia de sus angustias mentales. Sus “Sombras” (como les gusta llamarles) tienden a ser insidiosas,  a aparecer en momentos completamente serenos, normales y absolutamente impredecibles en tiempo y espacio. No importa que está haciendo o que hora es, siempre logran desestabilizarla y dejarla con su interior alterado y correoso como si su sangre intentara huir del cuerpo que la sostiene, como si no tolerara nutrir a esa mis corteza cerebral que le permitía sobrevivir y pensar en mil posibilidades por minuto independientemente de lo que estuviera haciendo su cuerpo. 
En general, cada sombra tenia formas y personalidades distintas, cada una era una especie de abstinencia a droga con marca propia, sin embargo todas tenían en común el hecho que afectaban sus intestinos como si los volvieran serpientes que sisearan y escupieran dolorosos venenos alrededor de donde se alojan, generando inapetencia y pesadez y una necesidad imperiosa de tomar Café o prender un cigarro como para bajar las revoluciones (aunque claro, sabe que no es el intestino en que pide estas cosas)
Hoy, Andrea tuvo una ataque de sombras. Pero a diferencia de lo normal, Andrea estaba triste y con una o dos copas encima. Así que decidió volver a su pluma y ver que es lo que hacen sus trastornos mentales en afán de salir se sus dedos.
Todo en afan a que la sangre deje de correr.