viernes, 31 de marzo de 2023

Andrea



A veces, solo a veces (o talvez, casi siempre) Andrea siente un aceleramiento al corazon y una sensacion de inevitabilidad propia de sus angustias mentales. Sus “Sombras” (como les gusta llamarles) tienden a ser insidiosas,  a aparecer en momentos completamente serenos, normales y absolutamente impredecibles en tiempo y espacio. No importa que está haciendo o que hora es, siempre logran desestabilizarla y dejarla con su interior alterado y correoso como si su sangre intentara huir del cuerpo que la sostiene, como si no tolerara nutrir a esa mis corteza cerebral que le permitía sobrevivir y pensar en mil posibilidades por minuto independientemente de lo que estuviera haciendo su cuerpo. 
En general, cada sombra tenia formas y personalidades distintas, cada una era una especie de abstinencia a droga con marca propia, sin embargo todas tenían en común el hecho que afectaban sus intestinos como si los volvieran serpientes que sisearan y escupieran dolorosos venenos alrededor de donde se alojan, generando inapetencia y pesadez y una necesidad imperiosa de tomar Café o prender un cigarro como para bajar las revoluciones (aunque claro, sabe que no es el intestino en que pide estas cosas)
Hoy, Andrea tuvo una ataque de sombras. Pero a diferencia de lo normal, Andrea estaba triste y con una o dos copas encima. Así que decidió volver a su pluma y ver que es lo que hacen sus trastornos mentales en afán de salir se sus dedos.
Todo en afan a que la sangre deje de correr.