sábado, 26 de noviembre de 2016

Penumbras de café

El café se enfría y vos no llegas. Llevo horas esperándote pero ¿sabes? tengo un límite. Y el sol ya se esta poniendo y el crepúsculo aparece mientras trato de vislumbrar tu figura recortada por las luces de la calle. Pero no hay nada más que un perro enorme que duerme a mis pies y me da algo de calor porque, ya que estamos, el café ya está frío. La moza se acerca despacio hacia mi, no se que cara tengo pero algo de mi paciencia se quebró cuando se puso el sol así que supongo que no es muy buena.  Suavemente, casi como una disculpa, me avisa que la cafetería esta cerrando y solo faltaba mi mesa por limpiar y pagar. Yo suspiro. La mesera me entrega un pañuelo y no entiendo porqué lo extiende hasta que noto que mi café esta desbordado en lágrimas que no note que caían. Y mientras me limpié le solicité de favor a la niña que me guardara ese café para mañana, que volvería a tomarlo y le dejé una generosa propina para que cediera a mi petición. Sé que es rara, pero quería experimentar y hoy no era el día apropiado debido a la cantidad de emociones. 

El día siguiente aparecí a primera hora a cumplí lo que me había propuesto. Me tomé el café lentamente, saboreándolo, degustándolo y tratando de encontrar algún sabor en particular. Y tenía razón.

El sinsabor de tu ausencia es amargo. 

viernes, 18 de noviembre de 2016

Penumbras de un papel roto.

Mi Andrés: 

Estás aquí a mi lado durmiendo mientras yo me maravillo de la locura realizada. No puedo evitar sonreir de saberte aquí, saberte mío y notar que no eras solo una parte de mi imaginación, no eras solo una ventana del celular. Estas durmiendo a mi lado,alejandote cada vez mas de mí, talvez por el calor, o talvez porque no estas acostumbrado a dormir con alguien, no se, pero eso no impide que pueda acariciarte el cabello o los parpados mientras duermes. Me sorprende que siendo las 6 de la tarde? o de la mañana, no lo sé, estés tan cansado cuando yo no puedo evitar querer mas y más de tí, mas de nuestros abrazos, más de nuestros besos. Mas de nuestras caminatas recorriendo este lugar tan distinto y extraño en acento y gente, mas de los museos y la tarde, el calor y las sonrisas de ir de la mano por ahí. 
Me pregunto que habrá pensado el caballero que nos felicitó hace unas horas en la mañana, cuando perdidos y dando tumbos pedimos una dirección. Supongo que cualquier cosa menos la correcta. También me acuerdo de la entrevista que jamás fué y el tipito que te compraba el libro que tenías entre las manos. 
Ya solo quedan menos días, pero ¿sabes? Te escribo esto para dejar constancia que jamás había sido tan feliz un día como hoy. Conocerte ha sido como un meteorito que cayó cuando menos lo esperaba. Me pregunto que pensarás, pero bueno, en parte no lo quiero saber. Algo me dice que la despedida será horrible, y no quiero pensar en ello. No sé cuando llegues a leer esto, tengo el papel escondido en mi maleta para plasmar mis pensamientos pero solo hoy, siendo sábado logré ordenar mis pensamientos, salir de la vorágine y centrarme...
Me quedé pegada viendote dormir. Es increible como cambia tu rostro cuando mi mano esta cerca. Bueno, creo que terminaré esto después, porque te estás moviendo. 
Antes de irme, te dejo dicho esto, para que jamás lo olvides. 
Has sido la mejor bendición que me ha dado la vida el conocerte. 
Te quiero a morir. 

Tu muñeca preciosa.



26/03/2016

jueves, 10 de noviembre de 2016

penumbras de cama.

Aquí estoy, enojada e impotente en mi pequeña prisión de 1,4x1,9 metros. Acolchonada y con muchos acompañantes inanimados y suaves alrededor. ¿Estoy en un manicomnio? No,  no lo parece, por el tapiz sé que es mi habitación. 

 La maquina generadora de energia había vuelto a fallar y no hubo luz a mi alrededor, tampoco ruido, solo oscuridad.. eso fue lo ultimo que logro recordar con claridad antes de sentir mi cerebro embotado como si hubiera una perdida de memoria parcial. Cuando vuelve a funcionar la zona de recuerdos y del lenguaje y la luz aparece, solo noto lo suave de la prisión y lo molesto que es el halógeno blanco. 

Es ... cómodo. Mucho. Pero existe esa incomodidad propia de sentirte atrapada. 

Extraño esos ojos color Café que te levantaba en las mañanas. necesito su calor... La presión del pecho vuelve, la maquina empieza a acelerarse y el oxigeno se siente extraño como si no estuviera siendo bien usado. Me duelen las manos y los pies, no sé que ocurre pero me concentro solo en respirar y esperar que la maquina vuelva a funcionar. Y el colchón suave, se vuelve frío y mojado, tiritp de frío pero ya no quedan mantas alrededor para cubrirte. Mis  amigos felpudos me acompañan y rodean dándome consuelo un poco mientras trato absurdamente de denscansar de algo que talvez no despierte.