miércoles, 7 de diciembre de 2016

Ese momento en que te das cuenta del tablero.
Te creías un Alfil, que va de aquí para allá sin importar las distancias.
Llegaste a pensar en que eras reina. Peligrosa y efectiva.
Y aquí estás, solo eres un peón más, que se mueve como puede y como lo comanden
Ni siquiera se preocupan si te atrapan.
Como todos, eres desechable.

Un peón puede acabar bien el juego?
No lo sé.

...Pero puede tratar...

1 comentario:

  1. Para muchos puedes ser un pequeño peón, pequeño y frágil. Pero recuerda que también puedes ser como el caballo, en tu caso una yegua de paso fino que sortee todos los obstáculos que le ponga la vida. A veces eres la torre, fuerte e inquebrantable. Otras veces, eres un alfil, que se mueve de incognito de aquí para allá. Pero para muchos otros que te conocemos, sos y siempre serás la dama.

    Ánimo, no decaigas. Recuerda que habemos otros que te vemos como todas las fichas juntas.

    Por cierto ¿Alguna vez intentaste jugar ajedrez sin un peón?, no se puede ¿verdad?

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