domingo, 29 de julio de 2018

Sobre los Striptease.





Hace tiempo probé, por una vez, el sacarme la ropa al ritmo de la música. Fue un día muy extraño y las circunstancias que sucedieron lo fueron más aún. Pero más que eso: Fue una sensación inolvidable. No  por el espectador, sino por el poder que sentí dentro de mi. No hablo de poder sobre otros, sino el poder de disfrutar desnudarse y sentir placer en hacerlo, lentamente despojarse de miedos y dudas mientras la polera y los jeans van desapareciendo. Mover tu cuerpo, generalmente mal visto por ti misma y la insana necesidad de perfección y darte cuenta de la suavidad que existen en las curvas y pliegues que conforman tu físico. Que la canción elegida te devuelva a ese momento 8 de las 10 veces que la escuchas. Que recuerdas el silencio cuando termina la canción  y te das cuenta que realmente fuiste capaz de hacer algo loco, algo que no te hubieras atrevido en otro día u otro momento y sentirte realmente bien aunque muy avergonzada porque volvieron los miedos a tu mente, a tu alma y se incrustaron con más fuerzas que antes. 

No lo he vuelto a hacer. Pero definitivamente fue uno de los mejores momentos locos de mi vida. Nunca me sentí mas poderosa que esa vez completamente desnuda mientras la canción terminaba. Y si, admito que estaba roja de vergüenza después, que el pudor volvió y volví a ser la misma de siempre, pero ese gusto interno, de saberte mujer, hermosa y deseable, no es algo que haya vuelto a sentir  y con esa intensidad. 
Considero, en lo personal, que aunque sea una vez en la vida, fui una mujer segura de mi misma, con ganas de coquetearme y hacerme desear. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario