domingo, 12 de noviembre de 2017

Dos.

¿Tu dices conocerme? 
Entonces, ¿porqué no eres capaz de mirarme en estos momentos? 
No te voy a juzgar, no tengo una razón para hacerlo. 
Crees que me enoja el que me hayas interpretado tan bien en mi reacción, en mis sentimientos. 
Y, siendo sinceros, si me enoja el que hayas pensando que aciertas en los últimos. Por lo que expresaste, me consideras una persona que al fin respira tranquilidad después de años de tormento. 
¿No te das cuenta que me molesta? 
Enserio, digo...¿Tan "sin corazón" me crees?
¿De qué clase de persona te enamoraste entonces? 
Así como lo describes, amaste a una muñeca...literalmente. Tan vacía como ella. 
Y no te das cuenta que, para esa muñeca, el tormento persiste y persistirá siempre. 
Y no te das cuenta que los "hubiera" son cristales rotos, pero los tratos con los demonios son para siempre. 
Y no te das cuenta que, si tú decides volver a donde dicen que perteneces, es tu opción. 
Pero no importa los años que pasen. 
Los tormentos son eternos. 
Aunque por fuera y para ti, solo haya una muñeca sin corazón. 


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